Gorigori
Premio Internacional Ciudad de Orihuela de Poesía para Niños 2013
Ed. Kalandraka
ISBN 978-84-15250-52-4
Referencias:
La écfrasis es una figura retórica que consiste, grosso modo, en la descripción verbal de una obra de arte visual. De ella existen ejemplos literarios y poéticos bastante conocidos, e incluso hay libros de poesía relativamente recientes que consisten en la plasmación con palabra de obras pictóricas, como un poemario de Olvido García Valdés llamado Exposición (1990), incluido más adelante en sus poesías completas, Esa polilla que delante de mí revolotea. Pero tal vez sea la primera vez – y si me equivoco, que alguien me saque de mi error– que un poemario infantil se basa completamente en esa figura, ya que no es otra cosa este Gori Gori, ganador del último premio Ciudad de Orihuela, sino una sucesión de (aparentes) écfrasis construidas a partir de diversas obras pictóricas de autores de varias épocas, unas más conocidas que otras, unas más antiguas y otras más nuevas.
La portada, una composición en la que el Senecio de Paul Klee aparece duplicado, como si fuera una luna reflejada en un estanque, ya da pistas acerca de esta línea que unifica todos los poemas. No solo porque este es uno de los cuadros que sirven de excusa poética a la autora, o por la presencia de una obra de arte conocida y no de una ilustración creada expresamente para el libro como carta de presentación, sino también porque esa duplicación (también presente en el título, Gorigori, que alude asimismo al primer poema del conjunto) sintetiza el impulso que unifica todos los poemas. Estos no son más que un reflejo en otro medio de la obra artística, tal y como aparece la obra de Klee en la cubierta, pero no una descripción o informe. De la misma manera que un reflejo, aunque lo parezca, no es nunca el objeto real, pues está sometido a deformaciones y cambios imperceptibles, Gorigori es un conjunto de écfrasis aparentes, como decíamos más atrás, ya que no se trata de descripciones que reproduzcan de manera fiel los cuadros en los que se basan, sino de poemas que intentan ofrecer al lector una interpretación subjetiva, un trasunto lírico de lo que se ve en la obra de arte.
Esta interpretación no tiene como fin, empero, la reproducción del estilo o el universo del pintor en los versos, y por eso no hay en estos cambios de estilo o de métrica. Podría esperarse que las obras más contemporáneas estuvieran escritas en verso libre y con técnicas más ligadas a las vanguardias, como el caligrama, y las más antiguas lo hicieran con rima y versos regulares. Pero no es esa la intención de la autora, al parecer. Salvo excepciones muy concretas y casi insignificantes, todos los poemas están escritos en arte menor, tienen rima y acusan una clara influencia de la literatura popular, como gran parte de la poesía infantil. Así, pues, Gorigori posee estos rasgos de la estética dominante de la lírica actual para niños, al lado de otros como su carácter programático, ya que es muy habitual que los poemarios para niños tengan una excusa argumental o temática que unifique todas sus composiciones. Aquí el pretexto unificador no es narrativo, como suele ser más habitual, sino pictórico, y eso ya da originalidad al conjunto.
Sin embargo, usar los recursos más extendidos en la poesía para niños no es un síntoma de falta de originalidad, sino de respeto hacia el lector. La autora cuenta con ese lector infantil que está habituado a ese lenguaje, y prefiere construir sobre él su armazón poético para que la poesía llegue mejor. Por eso, aunque todos los poemas tengan unos rasgos métricos comunes, el conjunto no resulta monótono. Y es difícil no caer en la monotonía cuando se elabora un libro en que todos los poemas parten del mismo pretexto. He aquí una manifestación de la imitatio, una asunción de la tradición que solo hoy vemos como un impedimento para la consecución de una obra personal y original, y que sin embargo los antiguos consideraban condición sine que non en la creación literario.
La monotonía se evita, sobre todo, por el modo en que el yo poético modula y moldea su voz. Como ya he dicho en otra ocasión en este blog, la poesía es, quizás más que otros géneros literarios, una cuestión de voz, y la de este Gorigori sabe cambiar convenientemente en cada poema, sabe modelar la materia poética de distintas maneras para crear formas diferentes. Así, encontramos desde el humor (en Gorigori) a la melancolía (en Vestida de mar) o el atisbo de horror (El perro y La camisa blanca), pasando por el terror (En la vela) o incluso cierta tendencia al absurdo (El bosque) o el humor (La Gioconda o Mi vecino). La plasticidad verbal viene dada por múltiples hallazgos verbales que elevan la lengua por encima de la llaneza mal entendida de la que muchas veces adolece la poesía infantil y que da la razón a los que opinan que hablar de lírica para niños es un oxímoron. Destacan entre el conjunto imágenes tan evocadoras como “Como un león azulado / ruge el mar”; “el bosque es blancor insomne”; “que seda negra es la noche / es terciopelo”; o “La niña se abanica / bajo el almendro / y despereza el aire / suave y ligero”.
Pero estas imágenes están siempre al servicio de las obras pictóricas de las que parten, que siempre son un elemento fundamental del poemario y no una excusa o elemento accesorio para realizar un ejercicio de exhibicionismo verbal. El poema crece a pie de cuadro, y de ahí que las ilustraciones cobren una especial importancia en este poemario. Curiosamente, porque Gorigori es un poemario ilustrado pero no con ilustraciones hechas ad hoc para la ocasión, sino con las obras que inspiran el poema. Pero no todas. ¿Es por no haber podido adquirir los derechos o está hecho a propósito? Igual da. Cuando la obra está presente, resulta un placer cotejar los versos con el cuadro; cuando no lo está, resulta igualmente un placer recordar la obra en la que se basa el poema o buscarla si no se conoce, como ocurre en un par de ocasiones. Esto hace de Gorigori un poemario didáctico en el mejor sentido de la palabra, que es el de enseñar, mostrar, y no sermonear. Los poemas de María Jesús Jabato nos enseñan a mirar (y a leer) de nuevo, a mirar dos, tres, cuatro veces. Y las que haga falta.
Juan Senís.
Blog de poesía infantil, 11/05/2014
Si ya es original la idea de ilustrar con poemas algunos de los cuadros que mayor impacti visual y estético han dejado en las pupilas y en los recuerdos, memorable es como ha conseguido resolver con aparebte sencillez esa ardua tarea.
Y con maestría y sensibilidad, con sencillez, lo ha logrado. Porque late un fondo de poesía auténtico en todos los poemas, porque se percibe una mirada capaz de despojar de veladuras y adornos culturales a los iconos pictóricos e ir a la esencia misma de la belleza.Pascual Izquierdo
28/05/14
Antonio A. Gómez Yebra
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“La poesía y la pintura pueden ir en perfecto maridaje, con un ritmo en la palabra y una visión en la plasticidad de la pintura cuyo resultado es esta sugerente propuesta. Este libro es, sobre todo, una aproximación certera hacia la belleza desde el verso y bajo cuadros a los que el niño se puede ir acostumbrando.”
“A la sombra de un buen libro”
Antonio Luis Ginés
Diario de Córdoba, 28/06/14
“Recull de poemes generats a partir del poder d’evocació de pintures que formen part de la història de l’art. L’autora posa paraules a obres de Klimt, Munch, Goya, Dalí… Tant la selecció de pintures fetes per l’autora com la cura de l’edició fan d’aquest llibre una petita joia imprescindible per a la biblioteca escolar i personal.”
(Compilación de poemas generados a partir del poder de evocación de pinturas que forman parte de la historia del arte. La autora pone palabras a obras de Klimt, Munch, Goya, Dalí… Tanto la selección de pinturas hechas por la autora como el cuidado de la edición hacen de este libro una pequeña joya imprescindible para la biblioteca escolar y personal.)Ágora. “Lectures per a l’estiu 2014″
Departament d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya
Un salto al otro lado del Atlántico
Gorigori, finalista del premio de literatura infantil de la Fundación Cuatrogatos
El Correo de Burgos, 30/01/2015
Propuesta diferente a la hora de acercar el Arte al lector, donde es la imagen la inspiradora de los versos. Poesía y pintura se dan la mano en este libro, merecedor del VI Premio de Poesía para Niños Ciudad de Orihuela 2013, a través de 48 poemas inspirados en obras de grandes pintores de todo el mundo, desde el Siglo de Oro español hasta la actualidad.
En una edición muy cuidada, la autora ofrece su personal interpretación de los cuadros de figuras como Velazquez, Goya, Sorolla, Chagall, Malevich, Klee o Antonio López, entre otros, utilizando un lenguaje poético destinado al público infantil, que habla de temas cotidianos, de la luna, de las noches estrelladas, del canto de los pájaros, de pequeñas cosas sobre las que llama nuestra atención y que ella realza con una gran sensibilidad. No solo varía en los temas sino también en la voz, pasando del humor a la melancolía o el miedo de una manera sutil pero efectiva.
Puede ser un libro muy interesante para trabajar en el ámbito escolar, para acercar la poesía y también la pintura, y para escuchar, relacionar, observar y aprender a mirar.
Mercedes Brugarolas
5ovejasnegras.blogspot.com
Tres dimensiones de interpretación: una aproximación a la poesía pictórica
Revista Umbral nº 10. Octubre 2015
Centro de Investigación y Estudios Literarios (CIEL) de Chile.
Gorigori en El Ojo Crítico. RNE.
Martes 29/04/14
Se puede escuchar el podcast del programa aquí. La entrevista empieza a partir del minuto 33 aprox.